Reseña: "Los Suicidas del Fin del Mundo", de Leila Guerriero.

 TÍTULO: Los Suicidas del Fin del Mundo.
AUTORA: Leila Guerriero.
EDITORIAL: TusQuets.
PÁGINAS: 231.

Hace más de cincuenta años, en 1966, un escritor norteamericano logró captar la atención mundialmente con la publicación de su novela. Una novela que no era meramente una novela, era la historia de un crimen real que robó el aliento de los habitantes de un pequeño pueblo, quienes jamás imaginarían que una familia como la de los Clutter, un día cualquiera, serían asesinados sin motivo alguno. Fue así como Truman Capote saltó a la fama, con "A Sangre Fría", un libro que es, a la vez, crónica periodística y obra literaria. Y la experiencia que tuve mientras lo leía, esa admiración por la objetividad y precisión con la que todo es relatado, se repitió en esta nueva lectura.

 

Leila Guerreiro escribe "Los Suicidas del Fin del Mundo" para contarnos una historia real, dolorosamente real, y desconocida, dolorosamente desconocida, por, creo yo, la mayoría de los argentinos: en un pequeño pueblo en la provincia de Santa Cruz, Las Heras, entre 1997 y 1999 se suicidaron alrededor de trece jóvenes entre 17 y 27 años. La lista de víctimas de esta ola jamás fue confeccionada y sólo quedan los testimonios de las familias que aún viven en ese pueblo petrolero. Después de un viaje al lugar, entrevistas con algunos de sus habitantes y una ardua investigación, la autora recopila datos estadísticos, descripciones, testimonios y hechos que fueron, en su momento, tratados con total indiferencia por el resto del país.

Como en "A Sangre Fría", cabe destacar que la autora logra un texto que roza lo periodístico por su objetividad y precisión. Se mencionan hechos como fueron relatados por los testigos o imaginados por la autora en base a los testimonios; se mencionan cifras y estadísticas que hubieran sido útiles en plena ola de suicidios pero no estuvieron disponibles; se menciona el perfil de la ciudad y los problemas que la atravesaron en ese momento; pero quedan a un lado las emociones, los sentimientos, las subjetividades que, desde el punto de vista periodístico, hubieran entorpecido la crónica. En este sentido, es un libro impersonal, crudo, honesto y con momentos estremecedores, todo esto dicho en el mejor de los sentidos, ya que deja un espacio en blanco para que sea el lector quien invoque a las emociones.

"Afuera, el viento seguía.
Seguirá siempre, me dije. No hay quien lo pare."

Aunque los suicidios están organizados cronológicamente, así como los hechos del contexto en el que se dieron, los episodios acerca de ellos están intercalados con las vivencias de la autora en su viaje a Las Heras en 2002, en el cual entrevistó a todo ciudadano que le ofreciera su versión de los hechos. Esto genera una experiencia de lectura dinámica y frenética, de la cual es difícil desprenderse. Es en base a las situaciones vividas y percibidas por Guerreiro en el pueblo, así como a sus momentos compartidos con los lasherinos, que cada lector puede bocetar, a medida que avanza la lectura, lo que no está dicho en el relato, los elementos que pecarían de subjetivos en la pluma periodista de la autora. Cada testimonio (de los vecinos, de la autora, y hasta del clima) tiene valor para darle una voz a los suicidas que eligieron en base a la imposibilidad de elegir un futuro, en un contexto de prejuicios e indiferencia.

"- No encuentra el camino - le dije a Martina -, no sabe cómo volver a la casa.
- Acá nadie sabe cómo volver a casa. (...)"

Cada lectura, en mayor o menor medida, deja alguna sensación ajena dando vueltas de la que nos cuesta desprendernos. Y, en este caso, lo que me queda es inquietud e indignación por haber estado viva al mismo tiempo y en el mismo país, y no haber escuchado absolutamente nada al respecto. Me queda la sensación de que esta historia merece más respeto del que obtuvo. Me queda un escalofrío de pensar que tenían la misma edad que yo tengo ahora. O MENOS. 

Y, como con A Sangre Fría, me queda admiración por la tarea de investigación y escritura que alinea periodismo y literatura de la mejor manera posible.

La Maga.

 

LEILA GUERRIERO(1967, Junín, Argentina) es periodista. Publica en medios como La Nación y Rolling Stone, de Argentina; Gatopardo, de México; El Mercurio, de Chile, y L’Internazionale, de Italia. Comenzó a escribir en EL PAÍS en 2006 y desde enero de 2014 es columnista de la última página del periódico. Ha publicado libros de no ficción como Los suicidas del fin del mundo (2005) y Una historia sencilla (2011). Su obra ha sido traducida al inglés, el italiano, el portugués, el alemán, el francés y el polaco. En 2010 recibió el premio CEMEX-FNPI. En 2013 ganó el premio de periodismo González Ruano (Fundación Mapfre). Es editora de Gatopardo para América Latina, directora de la colección Mirada crónica, de Tusquets Argentina, y desde 2016 dirige la Especialización en periodismo de la Fundación Tomás Eloy Martínez (Buenos Aires).



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