Reseña: "Morayo" de Sarah Ladipo Manyika.

TÍTULO: Morayo

AUTORA: Sarah Ladipo Manyika

EDITORIAL: Metalúcida

PÁGINAS: 128


 Hay un punto crítico que marca la vida de cada uno de nosotros. Un punto que, de chicos, nos es indiferente. Un punto que, a medida que crecemos, nos va generando una que otra sombra. Un punto que, a medio camino, vemos como una presencia inexorable que nos espera y que, en algún momento, ya no podremos evitar. Ese punto, que nos lleva a una crisis por cada década, es el instante en el que empezamos a ser viejos. ¿Y cómo escapamos? Cada quien encuentra su propia forma, en esa apasionante terquedad de los seres humanos, ese instinto de supervivencia, esa resistencia a darnos por vencidos.

"Morayo", la segunda novela publicada de Sarah Ladipo Manyika, refleja esta situación a través de la vida de la protagonista, Morayo, una mujer nigeriana de 75 años que vive en San Francisco. Una mujer que defiende con capa y espada su independencia, su autonomía y su espacio personal, que vive sola pero se ha hecho amigos en su vecindario, que recuerda episodios del pasado con una sonrisa y un dejo de picardía. Sin embargo, los desafíos llegan desde las primeras páginas: la Dirección General de Licencias solicita que renueve su permiso de conducir; su cuerpo ya no responde como antes a las mismas actividades; y finalmente, en un movimiento torpe, se cae y debe ser internada para su rehabilitación.

"¿Por qué cuando una llega a "cierta edad" todo recordatorio de cumpleaños lleva un timbre de melancolía?"

Morayo resbala en sus 75 años, en su propia vejez, y de pronto descubre que necesita ayuda. Con algo de melancolía, encuentra en miradas ajenas o en palabras amables atisbos de su pasado. Encuentra la necesidad de que su amiga Sunshine le ayude a limpiar la casa durante su ausencia, y esos pasos ajenos en su mundo le significan muchísimo ruido. Encuentra su ausencia en su auto, que alguien más deberá conducir cuando ella ya no esté. Encuentra un camino sin retorno en el que ya todos descubrieron finalmente que es elegante, simpática, culta... y vieja. Pero encuentra también la memoria de su cuerpo, sobre lo que escribe libre y elocuentemente: los ecos de las sensaciones vividas que quedan impregnados a través de los años y que la ayudan a transitar la soledad.

"Qué locura, pienso para mi. Una locura total. Locos. Esta edad es una masacre. No hay lugar para mariquitas, ni para canciones de amor, ni para soñar. Ni para tener sueños eróticos con un hombre al que una lo dobla en años."

Por otra parte, a través de sus páginas, esta novela nos muestra sin medias tintas dos características contradictorias que han representado históricamente a Estados Unidos: la diversidad cultural y el racismo. Entre los pensamientos de Morayo, encontramos también capítulos en los que otras personas de diversos orígenes (los dueños palestinos de un mercado, una mujer que elige vivir en la calle, un hombre del caribe cuya esposa está internada en el mismo centro que Morayo) nos cuentan sus historias y cómo la presencia de la protagonista modificó su perspectiva o su forma de ver las cosas. Con este recurso sencillo, la autora presenta breves intervalos en la historia que le dan solidez a la historia principal.

"Mi cuerpo supo que cuando el viejo habló del miedo que tenía por sus nietas, en realidad estaba hablando de mi cuerpo de la misma manera en que los blancos han hablado durante siglos de los cuerpos de los negros. Cuerpos amenazantes. Violadores. Entonces antes, cuando la única mujer negra de la residencia retrocedió, en un ataque de gritos, ante mi cuerpo, mi cuerpo se sintió otra vez aplastado y humillado, sin cesar. Pero ahora mi cuerpo entendió. 'Entiendo, Morayo, entiendo'".

Me atrevo a agregar un breve comentario sobre la traducción. Al principio de la lectura, los modismos argentinos resultaron un poco chocantes, estando acostumbrada al español neutro. No obstante, mientras caminamos las páginas, se cumple la función de mantener el tono original del texto: los "argentinismos" nos dan ese aire informal, familiar y hasta "confianzudo" que combinan maravillosamente con la personalidad y contexto de cada personaje. En definitiva, reconozco mi propio prejuicio y agradezco haber estado equivocada.

Con un estilo anecdótico, pícaro y fresco, Morayo se convierte en alguien a quien todos quisiéramos conocer. Un personaje divertido, de mente abierta y que se niega a resignarse y envejecer sin más. La intensidad de sus colores, la fuerza de su cultura y las infinitas ganas de vivir son contagiosas en cada página. Así, con esta historia, la autora nos deja una noción muy simple pero increíblemente significativa: todos, de una forma u otra, dejamos huella en todos.

La Maga.

 

SARAH LADIPO MANYIKA

(Nigeria, 1968) vivió en Kenia, Reino Unido y Francia.  Estudió en University of California, Berkeley, y fue profesora de literatura en la San Francisco State University. Morayo (Like a Mule Bringing Ice Cream to the Sun) es su segunda novela, finalista del Goldsmiths Prize 2016.

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