Reseña: "Trencadís" de Baldasarri.
TÍTULO: Trencadís.
AUTOR: Baldasarri.
EDITORIAL: Puerco Espín Editorial.
PÁGINAS: 111
Creo que no exagero si digo que todos tenemos recuerdos del último año de la secundaria. No importa qué tipo de estudiante fuimos, no importa si nos gustaba la escuela o no, no importa cómo nos iba en los exámenes o cuánto tardábamos en volver del recreo. Todos despedimos esa etapa de nuestra vida en el último año, en el que el futuro parece infinito en oportunidades, tanto que nos anclamos a ese presente de festejos, buzos numerados y guardapolvos pintados. Y hojas rayadas fragmentadas en la vereda.
Es precisamente ese día el punto de partida que toma Baldasarri en su libro "Trencadís", un libro que es difícil de describir, difícil contar de qué se trata incluso de haber recorrido sus páginas. De los apuntes revoleados y pisoteados en la vereda, surge la historia de un grupo de amigos con nombres poco comunes pero que nos ayudan a comprenderlos y sus anécdotas de vida, con un tono fresco, nostálgico y, por sobre todo, de barrio.
"Las fotos, dijo Efemérides, te sumergen de lleno en su tumba nostálgica de eterno silencio, no hay muchas cosas más hermosas en este mundo."
Como mencioné anteriormente, es muy difícil hacer encajar a esta historia en un formato o género literario, y creo que en eso recae gran parte de su frescura y autenticidad. En un tono informal, recorremos una historia que se forma de fragmentos y de la melancolía por el pasado. Mientras atravesamos cada página, es muy fácil sentir que estamos entre algunos mates con un vecino mayor que nos cuenta lo que recuerda de esa euforia vivida en la secundaria, en el último día de clases.
"La tristeza no tiene horarios ni rutina. La tristeza no sabe qué hacer. Nunca tiene hambre ni sed, pero come y bebe... con desgano. La tristeza tiene espacio, pero no se sabe mover. Es desprolija, modesta. La tristeza es invisible, no se puede tener. Te tiene. Te usa. Te llena de un inerte poder que no puede, no llena. Ni siquiera tiene ganas de tenerte, ni vos a ella... pero ahí la tenés. Es la humedad que a la sal no deja correr."
Por otra parte, para quienes somos habitantes de mi ciudad, Junín, nos puede pasar percibir en las palabras, en los episodios ese aire de pueblo, de barrio, que caracteriza las calles de la ciudad. Una ciudad que mantiene su alma de pueblo a pesar de que siga sumando habitantes y luces. Tal vez sea este libro una particular muestra de cómo se ve la vida desde este sitio en particular, con nuestra idiosincrasia y costumbres inquebrantables.
Lo viví como estudiante y, ahora como profesora, me toca revivir todos los años esa sensación de lo inolvidable, saltar al vacío el último día de secundaria. Es un eco que se repite en cada egresado que, de pronto, se encuentra ante mañanas vacías y la necesidad inexorable de elegir un camino. Y "Trencadís" es otra perspectiva sobre ese mismo momento, narrado en nostalgias y adolescencia.
De esta lectura, me queda la sombra de todos esos recuerdos, de las hojas en la vereda y todas las historias que quedan entre ellas. Que aunque dejemos atrás, nunca olvidaremos.
La Maga.
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