Reseña: "Los Chicos de la Nickel", de Colson Whitehead.
TITULO: Los Chicos de la Nickel.
AUTOR: Colson Whitehead.
EDITORIAL: Literatura Random House.
PAGINAS: 224
Si hablamos del siglo XX, seguramente se nos vienen a la mente unos cuantos episodios absurdos, pero sumamente importantes. Dos guerras mundiales, un holocausto políticamente avalado, una ciudad dividida en dos sistemas económicos diferentes. Y, si hilamos mas fino, la discriminación, el racismo, hasta extremos insospechados. Estados Unidos tiene una fuerte historia de odio racial, pero también de grandes lideres que lucharon para legitimizar sus derechos como ciudadanos.
En "Los Chicos de la Nickel" de Colson Whitehead, conocemos a Elwood, un gran admirador de Martin Luther King que aspira a estudiar una carrera universitaria y conquistar su futuro. Sin embargo, su camino se ve truncado por una confusión y termina en la Academia Nickel para chicos, un reformatorio que esconde bajo su reputación tratos inhumanos para con sus huéspedes, sobre todo los de piel negra. Elwood y algunos de sus compañeros intentaran cambiar su situación y hacer justicia a su manera para recuperar el control de sus vidas.
Principalmente, la mejor virtud de este libro es la profunda base histórica. La Nickel está inspirada en una institución real, y nos pasa mientras leemos que pensar que lugares así realmente existieron (o tal vez existen sin que lo sepamos); realmente da escalofríos. No obstante, el autor logra que la sorpresa inicial de Elwood se convierta en resignación e indignación, en un impulso por modificar aquello que esta mal, incluso una vez que ve que quienes podrían cambiarlo, eligen ignorarlo. La violencia se manifiesta con pocas escenas explicitas, con desapariciones inesperadas, tratos que son naturalizados y aceptados, hasta que, siguiendo la inspiración de Martin Luther King y de los personajes mismos, inherentemente buscamos justicia desde nuestro rol de lectores.
Alternando capítulos de los días que Elwood pasó en la Nickel con capítulos sobre la actualidad, vemos tanto las heridas que esa institución le causó como las cicatrices que continúan en carne viva años después. El punto de partida es el descubrimiento de un cementerio clandestino detrás de la escuela, y, desde ahí, se reabren todas las historias, las anécdotas, los dolores, los amigos. Todo lo que se creía perdido en el olvido, y sin embargo continúa existiendo, como un fantasma.
Además de todo lo ya mencionado, lo que más me fascinó del libro fue el final. Es un puñal inesperado que reafirma la emotividad de la historia narrada, dándole sentido a cada episodio, a cada momento.
Por otra parte, la lectura también me deja dos sensaciones que bien podrían analizarse como las dos caras de una misma realidad:
Por un lado, cuánto hemos avanzado como sociedad.
Por el otro, cuánto REALMENTE hemos avanzado como sociedad. Y cuánto nos falta.
La Maga.
COLSON WHITEHEADColson Whitehead nació en 1969 en Nueva York. Finalista del PEN/Hemingway con su primera novela, La intuicionista (Mondadori, 2000), ha publicado media docena de novelas y el libro de ensayos El coloso de Nueva York (Mondadori, 2005). Ha sido finalista del Premio Pulitzer con John Henry Days (2011), finalista del PEN/Oakland Award con Apex Hides the Hurt (2006) y del PEN/Faulkner con Sag Harbor (2009). Zona Uno (Planeta, 2012), novela sobre una Nueva York post apocalíptica, fue un best seller para The New York Times y en 2014 publicó The Noble Hustle: Poker, Beef Jerky & Death, una crónica del mundial de Póker. Su última novela, El ferrocarril subterráneo, ha sido galardonada con el Premio Pulitzer 2017 y con el National Book Award de 2016. Es profesor en instituciones como la Universidad de Columbia y la de Princeton, ha recibido las Becas Guggenheim y MacArthur.
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