Reseña: "Los Preparados" de Sebastián Chilano.
Considero que la literatura, en muchos casos, en una forma de exorcizar aquello que nos es incomprensible, aquello que nos es inalcanzable en nuestra naturaleza humana, aquello que escapa a nuestra racionalización. Y, como muchas otras, la muerte es una de esas heridas que tardan en cicatrizar, que nos cuesta aceptar, que siempre será misterio. Qué es lo que separa la vida de la muerte, qué es lo que separa a una persona de un preparado, ¿un hilo?, ¿un velo?, ¿un soplo? En esta historia, tampoco lo descubriremos.
Sebastián Chilano construye en "Los Preparados" su propia historia, compuesta de testimonios de experiencias vividas tanto en su trabajo de médico clínico como en su vida familiar. Experiencias que lo acercan a la muerte desde distintas perspectivas, desde el primer contacto con un "preparado" en el que le cuesta distinguir al ser humano que fue, hasta la herida profunda de la pérdida inexplicable de un ser querido. En breves relatos, el autor nos ayuda a acercarnos a sus vivencias partiendo de la epidermis hasta lo más profundo de sus recuerdos.
"Supongo que el amor mezcla todas las cosas. Supongo que el amor se enfrenta al orgullo, supongo que el amor también es esta infinita ausencia."
Principalmente, uno de los aspectos más sorprendentes es el desarrollo de la historia. El autor parte desde las historias más superficiales, las anécdotas que giran en torno a aspectos informales, por momentos cómicos y hasta absurdos, para gradualmente acercarse a su propia verdad, a sus puntos vulnerables, y permitirnos como lectores comprender las cicatrices que han quedado. Personalmente, no pude evitar la sensación de que el autor entabla una conversación con un lector desconocido y, gradualmente, se desprende del miedo a la primera impresión, del temor a ser juzgado; y es entonces cuando se atreve a contar lo que realmente quiere contar.
"También se arreglan los recuerdos -la memoria- para que el pasado tenga una forma distinta a lo que en verdad fue. Las palabras no tienen memoria, la memoria no tiene punto de origen, como tampoco lo tiene la muerte."
Además, hay una gran sensibilidad en cada reflexión respecto a la vida y la muerte, a la familia, a los orígenes; reflexiones que nos acercan al ser humano detrás del médico clínico. Tal vez sea a través de estas reflexiones que nos preguntemos si nosotros podríamos enfrentarnos a tantas situaciones extremas; tal vez nos hagan valorar nuevamente y desde otra perspectiva nuestra historia familiar, con sus luces y sombras. Pero difícilmente vamos a concluir la lectura sin habernos replanteado algunas situaciones que nos hayan tocado vivir.
"Es un sólo deseo: vivir sin tener miedo a enfermar, a morir. Vivir por siempre en una noche calma, como es ésta."
Que todos nos enfrentamos a la muerte en distintos momentos y desde distintos lugares es innegable. Algunas personas sufren una perdida temprana e irremplazable. Otros la encuentran de frente, sin aviso previo ni tiempo a reaccionar. Algunos, como Chilano, la vieron en un "preparado" más bien como la ausencia de la vida, y la observan en una piel diferente cada vez que se presenta. Algunos la sentimos pasar tan cerca que nos cambió para siempre.
Por lo pronto, y aunque pensé que sería más bien todo lo contrario, esta lectura me deja otra manera de comprender la muerte y su existencia inexorable, así como también me deja unas insoportables ganas de vivir mientras viva.
La Maga.
SEBASTIÁN CHILANO
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