Reseña: "El Agua Electrizada" de C. E. Feiling
Año '89. Buenos Aires. Un gobierno militar que acababa de fracasar estrepitosamente. La democracia resucitada. Crisis económicas, as usual. Eventos confusos de la década anterior que no se pueden esclarecer. Un pueblo que abre los ojos lentamente para encontrarse con el horror, con lo que sabía el resto del mundo, pero nosotros no. No es difícil imaginar lo desconcertante que debe haber sido enfrentarse a tanta crueldad que tuvo lugar en las sombras de la ciudad, a espaldas de todos, pocas veces percibida. Lo que sí es seguro es que, después de la represión, la libertad debe sentirse como nunca.
Es en este contexto en el que transcurre la historia de "El Agua Electrizada", de C. E. Feiling. Es en este contexto de libertad con vestigios amargos del pasado en el que Tony, un ex miembro de la marina que enseña Letras, investiga el dudoso suicidio de su amigo. Una muerte en circunstancias sospechosas que, de alguna forma, se relacionará con la muerte de dos mujeres en una bañera y, en definitiva, con la violencia política de la que fue víctima el país entre los años '70 y '80. De la mano de Irene, con quien tiene un vínculo muy profundo y especial, el protagonista seguirá pistas, nombres y lugares para dar una respuesta a sus inquietudes.
"Carezco de ideas, solo tengo obsesiones."
Cada vez que se habla de Feiling, se habla de "mala escritura" y, en general, esta novela es un buen ejemplo de por qué la "mala escritura" también funciona.E incluso funciona mejor. Se nota desde los primeros capítulos de la obra que Feiling escribía "a contramano", diferenciándose de la literatura popular argentina, de aquellas estructuras y normas que le imponía la crítica. Feiling escribía desafiándonos hasta gramaticalmente; incluía citas en latín y en inglés como parte de la corriente de pensamientos de un personaje que es tan argentino como británico, tan elegante como extravagante, tan clásico como moderno. Es así que la lectura nos incomoda, nos cuesta acostumbrarnos a su voz, hasta que le tomamos el ritmo, las ironías y hasta aceptamos aquello que no entendamos sin googlearlo.
"Non ut pictura, sed ut realitas poiesis, y también al revés, nada de poetry makes nothing happen: cada línea escrita una muerte."
Por otra parte, la novela misma se vuelve un dilema en tanto avanzamos en la trama. La época en la que transcurre la historia es crítica, emergiendo de la más cruda represión y crímenes inhumanos; los personajes son extravagantes, tragicómicos en los roles que les tocan, ingeniosos mientras el suspenso transcurre y el misterio se desarrolla. Y los eventos, los hechos oscilan entre ambos extremos, desde una mirada irónica, inteligente, curiosa, y tan personal que no podemos ver las acciones sino desde la mirada de Tony.
"Era un enigma que alguien pudiera detestarse tanto a sí mismo y seguir vivo."
Escribiendo esta reseña, me di cuenta de que muchas de mis últimas lecturas me están moviendo de mi zona de confort, y lo más reconfortante es cuando pasa como me pasó con "El Agua Electrizada": me pasa que encontré a un personaje que, más allá de las diferencias de época, comprendo; con quien me gustaría sentarme a tomar unos mates y sencillamente charlar.
Porque, como muchas veces pasa con la gente, puede pasar que no la comprendamos;
pero, en algunos casos, sólo basta con saber escuchar.
(leer, en este caso).
La Maga.
C. E. FEILINGEscribió para diversos medios y revistas. Su obra, interrumpida por su joven fallecimiento, incluyó tres novelas (El agua electrizada, 1992; Un poeta nacional, 1993; y El mal menor, 1996) y un volumen de poesía (Amor a Roma, 1995). En forma póstuma se publicó una selección de sus textos críticos y periodísticos (Con toda intención, 2005).
Murió de leucemia a los 36 años, el 22 de julio de 1997, en la Ciudad de Buenos Aires. Su cuarta novela, inconclusa, fue publicada en un volumen recopilatorio en el año 2007.
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