Reseña: "La Ley Primera" de Cristian Acevedo.

 Buscar una definición para la literatura no es tarea fácil. Hay muchas, hay tantas definiciones, que difícilmente logremos elegir una. Entre ellas, una refiere al concepto de literatura nacional, la literatura que representa a un país, a su cultura, a su idiosincrasia; la literatura que el poder de turno eligió para representar a un pueblo que aún no era pueblo, que aún tenía raíces lejanas y costumbres muy diversas. Es así que, si hablamos de Literatura Nacional Argentina, automáticamente invocaremos al Martín Fierro, entre otras obras de gauchos, de enfrentamientos, de lealtad. En el momento de ser publicado, no creo que haya logrado representar a los italianos, españoles y nativos que habitaban este suelo; pero tal vez pensemos que tampoco nos representa ahora, que nos alejamos tanto de nuestras tradiciones como los primeros migrantes de su patria.

Sin embargo, leyendo "La Ley Primera" de Cristian Acevedo, caemos en cuenta de que esa identidad elegida, de que esos valores aparentemente distantes, quedaron arraigados de alguna forma en nuestro folklore, en la cultura que nos atraviesa y nos influye cotidianamente. Esta narración nos acerca a hechos reales que ocurrieron en el conurbano bonaerense, en los cuales la desaparición sin precedentes de una mujer llevará al enfrentamiento de una banda de maleantes con la policía, en un intento temerario pero inexorable de recuperarla.

Es destacable como Acevedo logra mimetizarse en el género, imitar algunas características pero adaptadas a la contemporaneidad. Así como el Martín Fierro está escrito en versos dignos de payadores, de fogón, guitarra y folklore, esta historia es narrada en una prosa villera, con su tono, su idioma, sus hábitos y su entorno perfectamente calcados en palabras que nos involucran y nos convierten en testigos. También vemos otros eventos infaltables replicados: el duelo, la violencia, la lealtad entre compañeros, el destino en la marea que lleva a cada quien a su inevitable fin.

Por otra parte, y a pesar de los valores tradicionales representados en el libro, la perspectiva crítica, posmodernista y feminista propia de nuestro tiempo no queda excluida. Mientras que en las obras tradicionales pocas veces se considera la voluntad de la mujer, a quien se toma exclusivamente como "víctima en necesidad de rescate", en este libro vemos cómo varios personajes femeninos se plantan con firmeza ante la contrariedad y eligen tomar su propio camino. Un claro ejemplo es el supuesto secuestro de la Vane, luego del cual varios personajes se preguntan si no habrá sido ella misma quien decidió escaparse. Una pregunta (o varias) que resulta actual y que le da otro tinte a la trama, un tinte de libertad, de equidad, de libre albedrío, y no sólo para los protagonistas masculinos.

Lo que me deja esta lectura es el equilibrio entre tradición y actualidad, tanto a nivel cultural como a nivel narrativo. La voz del gaucho se encuentra con la voz de la villa, y la fusión enriquece la experiencia de lectura indescriptiblemente.

Lo indiscutible es que, a través de libros como éste, encontramos analogías innegables entre pasado y presente, analogías que tal vez no sean perceptibles a simple vista. Pero basta un recuento de los hechos, minutos de reflexión, para encontrarnos de nuevo en esa cultura que nunca creímos que nos identificara.

En su momento, estos valores fueron elegidos por los dueños del poder.

Tal vez, ahora nos toque elegir a nosotros.

La Maga.

CRISTIAN ACEVEDO

Nació en Buenos Aires en 1980. Recientemente ha publicado La sonrisa del rottweiler, título finalista del Premio de Cuento Bernardo Kordon 2018. Además, tiene publicadas otras antologías: Canibalísmico (2014), Indignatarios (2015) y Sommelier de infiernos (2016).
Parte de su obra literaria ha sido premiada en diversos certámenes: Finalista del Premio Marco Denevi de Novela 2017 (Lo no escrito). Finalista del Premio Clarín de Novela 2018 (Western vol. 1), novela publicada bajo el título La ley primera. Segundo premio en el Concurso de Cuentos de la Fundación Victoria Ocampo, “Nelly Arrieta de Blaquier 2014”. Primer premio en el Gonzalo Rojas Pizarro de Cuento 2013.