Reseña: "Los Premios", de Julio Cortázar.

 Me vengo encontrando últimamente con varias de esas lecturas de las que uno disfruta la trama como un buen momento, como un episodio anecdótico, cómico, nostálgico, pero sin más complicaciones. Esas lecturas en las que uno se mueve con asombro constante y hasta cierto enamoramiento, sensaciones que nada tienen que ver con los eventos acontecidos o con los personajes presentados, con alguna excepción que reafirme la regla. Me vengo encontrando con esas lecturas de las que uno inexorablemente destaca, aunque no quiera, la pluma por sobre la historia.

Una de esas lecturas es "Los Premios", una novela de Julio Cortázar que cuenta, con su auténtica y destacable forma de narrar, el cruce de caminos entre personas de diferentes contextos sociales y culturales que se ven premiados inesperadamente con un viaje en un navío de la empresa Magenta Star. Desde su primer encuentro en el café London, acompañamos a este grupo en su breve pero inquieta travesía de pocos kilómetros pero mucha confusión y eventos impredecibles. En una serie de malentendidos, comprendemos claramente tanto lo que el miedo puede generar en las personas, así como el poder de la información, la verdad y cómo se escribe la Historia, esa con mayúscula que es acotada y deja mucho sin decir.

"- Nada hace suponer que no llegaremos.

- Nada. Pero es un poco como la muerte. Nada hace suponer que no moriremos, y sin embargo..."

La trama es ingeniosa. Sumamente ingeniosa, de esas que fingen ingenuidad para deslizar diálogos fuertemente cargados, preguntas incómodas y críticas contundentes. La trama es ingeniosa, como la construcción de cada personaje, como la historia que cada uno trae al barco y la que viven a bordo, como el lenguaje elegido en cada ocasión y para cada conversación en particular. Es difícil transitar la lectura sin sentirse identificado con ninguno de los personajes, sin sentir que hubiéramos dicho alguna de todas esas frases universales en algún momento de nuestras vidas, sin relacionar un evento tan insólito con nuestra vida diaria.

"Lo malo es que nos han metido en la cabeza que la verdad está en los sueños, y a lo mejor es al revés y me estoy haciendo mala sangre por una tontería."

Ni hablemos de la pluma del autor. Caigo en el mismo limbo de siempre, de no poder decir más de todo lo que ya se ha dicho. Incluso si tomamos el libro sin saber quién lo escribió, el apellido Cortázar emerge desde las primeras líneas y nos dibuja su fraseo en la imaginación, un fraseo sumamente auténtico que nada tiene que ver con nada de lo que se haya leído antes, o después, a no ser que esté escrito por el mismo pulso, la misma creatividad, el mismo genio.

"La vida era esa operación demasiado lenta, demasiado sigilosa para mostrarse en toda su profundidad: hubieran tenido que pasar muchas cosas, o no pasar cosas y que eso fuera lo que pasaba, hubieran tenido que encontrarse poco a poco, con fugas y retrocesos y malentendidos y reconciliaciones, en todos los planos en que ella y Gabriel se asemejaban y se necesitaban."

Cortázar es así. Corrijo, Cortázar siempre fue así, y no queda más que seguir recorriendo sus libros, que difícilmente nos harten en algún momento. Será cuestión de elegir otro libro con el mismo apellido en la portada, de seguir propiciando encuentros con lecturas en las que uno inexorablemente destaca, aunque no quiera, la pluma por sobre la historia. Los gestos por sobre los rasgos. 

La forma de decir por sobre la trama.

La Maga.

JULIO CORTÁZAR

Nacido en Bruselas en 1914, durante una estancia temporal de sus padres en esa ciudad, es uno de los escritores argentinos más importantes de todos los tiempos. Realizó estudios de Letras y de Magisterio, y trabajó como docente en varias ciudades del interior de Argentina. En 1951 fijó su residencia definitiva en París, desde donde desarrolló una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Algunos de sus cuentos se encuentran entre los más perfectos del género. Rayuela conmocionó el panorama cultural de su tiempo y marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea. Cortázar murió en París en 1984.