Reseña: "La Casa de las Arenas", de Natalia Doñate.

 No es ningún misterio que todo lo que nos rodea está compuesto por historias. Historias más largas, historias más cortas; más profundas o más triviales; más complejas o más sencillas; pero sean como sean, todas indudablemente tienen su encanto. Es por eso que, desde chicos, muchos de nosotros disfrutamos de la escucha, de explorar la vida de otra persona o los caminos que llevaron a las cosas hasta el sitio en el que están ahora.

Natalia Doñate nos invita a su "Casa de las Arenas", Barlovento, un sitio que como lectora imagino atemporal y fácilmente invocable, como una sala de los menesteres que apareció frente a la autora cada vez que se encontraba inesperadamente con una historia que contar. Los relatos que componen esta antología con aroma a casa de veraneo recorren tanto la primera etapa de la vida, la infancia, con su inocencia y pensamiento mágico, como la última, la vejez, con sus confusiones, olvidos y el retorno de la libertad del juego.

En primer lugar, cabe destacar que los relatos son cortos, diversos y fundamentalmente amenos, con descripciones minuciosas que logran situarnos en tiempo y lugar, empatizando con los protagonistas y quienes lo rodean. De esta forma, en una lectura ágil llena de tintes anecdóticos y sombras de moralejas, algunos párrafos nos sorprenderán con emociones genuinas e insospechadas, como tristeza, soledad, ternura, nostalgia. En fin, aquellos sentimientos que nos exponen como seres humanos vulnerables y sensibles ante situaciones que lleguen a conmovernos.

Por otra parte, también los temas que atraviesan los relatos son inesperados y la autora los toma con la sensibilidad especial que merecen. Difícilmente terminemos el libro sin haber recordado a un familiar, a un amigo, a un vecino o, por lo menos, a alguien a quien le haya tocado una vivencia similar. De esta forma, se vuelven historias sumamente cercanas, que nos tocan por lo que recordamos de nuestra infancia, lo que estamos viviendo como adultos y lo que no sabemos que nos tocará en el futuro.

La lectura me deja la firme certeza de que, como decía, más allá de que las cosas estén llenas de átomos y esas cosas, lo más importante es que todo está lleno de historias. Más importante todavía es averiguar si todavía tenemos el oído que teníamos de niños para escucharlas, si nos convertiremos alguna vez en esa voz que las cuenta. Qué historia se contará algún día sobre nosotros.

Dónde queda nuestra propia casa de las arenas.

La Maga.

NATALIA DOÑATE

Natalia Doñate nació en Buenos Aires y vive actualmente en Escobar. Es Licenciada en Publicidad, aunque actualmente trabaja en una empresa familiar. Desde pequeña adquirió el gusto por la lectura gracias a su abuelo Ángel, quien aparece de manera recurrente en sus escritos. Hoy en día escribe cuentos cortos en su blog "La casa de las arenas" del cual surgió el libro, tras autodesafiarse a escribir un cuento al día por un período de tres meses.