Reseña: Poeta Chileno, de Alejandro Zambra.
Hay gente de historias y hay gente de palabras, me dijeron una vez. Hay gente que cuenta, que narra, que explica y nos transporta a mundos y personajes increíbles, difíciles de olvidar. Pero también hay gente a la que, a pesar de que le lleve muchísimo trabajo encontrar qué contar, le resulta sumamente sencillo encontrar las palabras, las frases, los dichos, la forma de embellecer cualquier texto con figuras y detalles que se pueden volver protagonistas. En una buena suma, la poesía y la narrativa se podrían volver complementos muy poderosos para crear una obra magnífica.
"Poeta Chileno" de Alejandro Zambra se vuelve un claro ejemplo de cómo una buena historia se fortalece a través de la poesía. En ella conocemos a Gonzalo, un joven que se enamora de Carla y busca conquistarla a través de poemas. Nueve años después de este breve romance adolescente, ambos se reencuentran y abren el juego de una familia o "familiastra" atravesada por los deseos, el amor y, principalmente, la literatura. A medida que pasa el tiempo, acompañamos a nuestros personajes en busca de su felicidad mientras presenciamos episodios divertidos, tristes o definitorios que marcarán su futuro.
Por esta vez, voy a dejar el párrafo sobre la pluma de Zambra para el final. Este libro contiene dos historias. La primera es, de alguna forma, "macro": la historia de la poesía en Chile a lo largo de cada momento histórico y en la contemporaneidad; el escritor logra reflejar la importancia del género así como su falta de prestigio. La segunda es "micro", la historia de Gonzalo y su relación con Carla, su vida familiar y los conflictos a los que se enfrentan. Ésta es una historia sensible, en esencia triste, divertida por momentos, pero muy enternecedora, en la que se ponen sobre la mesa preguntas a los conceptos convencionales de masculinidad, de familia, de lenguaje y de triunfo o fracaso. Nos encontramos con cinco personas normales con quienes nos podemos identificar en mayor o menor medida para preguntarnos qué decimos cuando decimos padre o padrastro, cuando decimos ganar o perder, cuando decimos amor; preguntas sumamente interesantes planteadas sutil e ingeniosamente bajo una perspectiva joven y refrescante.
Ahora sí, la pluma del autor. Alejandro Zambra tiene una prosa muy sencilla y muy profunda. Sus palabras son nítidas, claras y directas, mientras nos dejan un eco inesperado, una sensación de familiaridad, de cercanía, lo cual vuelve al texto sumamente actual y, por sobre todo, genuino. La franqueza es una de sus cualidades, no nos subestima como lectores, sabe que no podemos ser engañados; y sin embargo, juega con la oportunidad de escondernos algunos secretos y dejarnos imaginar.
Por la lectura que fue, considero sin conocerlo que el autor es una persona de palabras que tiene una historia que contar, no sólo la historia de Gonzalo, o de Carla, o de Vicente, sino la historia de la poesía en Chile, su relevancia social e histórica. El rol del arte en sí para ilustrar y transformar el momento en el que estamos vivos. Con un mensaje tan relevante, personajes entrañables y la fusión de narrativa y poesía, no caben dudas de que la experiencia de lectura es única y sumamente recomendable.
La Maga.
ALEJANDRO ZAMBRA
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