Reseña: "Salitre", de Pedro Ernesto Bianchi

 Qué fácil es caer en ese cliché que es decir cuántos lugares hermosos que tiene nuestro país. Los que conocemos y los que no. Todos los climas, todos los terrenos, tantas fotos que sacar, tantos caminos que recorrer. Los lugares que hemos visto replicados en todas partes y aquellos que parecen haber sido soñados y olvidados por ahí, los que confunden nuestros sentidos o nuestra noción de realidad. A veces, haciendo su propia magia, a veces reaccionando a la mano del hombre, pero siempre es la naturaleza la que nos regala esa sensación de epifanía.

En su libro "Salitre", Pedro Ernesto Bianchi nos presenta una perspectiva onírica y siniestra para llevarnos a Epecuén, un pueblo balneario que, traicionado por la falta de obras y lluvias torrenciales, se inundó en 1985 y resurgió de la sal como un recuerdo pálido y fantasmal. En esta novela, acompañamos al protagonista mientras rescata su propia historia de entre sueños y olvidos confusos, oscuros, inesperados. Entre muertes atroces, violencia y crímenes olvidados, deberá volver a sus raíces para enfrentarse cara a cara con su identidad y su pasado.

La prosa de Bianchi se oscurece a medida que transcurre la historia, nos transmite desde el principio cierta inquietud y sospecha a pesar de que sepamos poco. Los capítulos breves y concisos nos impulsan a saber más, mientras diversos episodios caóticos se precipitan a medida que avanzamos por las páginas. De esta forma, se vuelve difícil quedarse quieto, lo inesperado nos estremece constantemente, así como la crudeza del lenguaje y las imágenes presentadas en palabras.

Cada personaje trae su propia dosis de misterio y terror, lo que enriquece la historia tanto como las leyendas y las raíces de la maldición tenebrosa que atraviesa la historia. Así, la lectura se vuelve un recorrido a ciegas en el que intentamos encontrar una verdad entre las sombras para distinguir sueños de realidades, comprender lo incomprensible. Las nociones de sueños, muerte, memoria y legado familiar nos persiguen a lo largo de la historia con varias preguntas que difícilmente encuentren respuesta.

Epecuén resulta ser otro lugar de nuestro país que parece imposible, que parece mentira, que como tantos otros parece soñado. Y digo "soñado" siendo plenamente consciente de que los sueños a veces son mágicos; 

pero, a veces, son pesadillas.

La Maga.