Reseña: "El Evangelio según Van Hutten" de Abelardo Castillo.
Una de las cualidades más atrapantes de la antigüedad es la imprecisión, el misterio ineludible. Todo lo que sabemos o creemos saber puede ser puesto entre signos de pregunta ante un nuevo descubrimiento, una traducción diferente, una nueva lectura de símbolos. Una nueva perspectiva para contemplar el mismo objeto puede bastar para cambiarlo todo: los significados, los valores culturales, la historia en sí.
"El Evangelio según Van Hutten" de Abelardo Castillo cuenta una historia que pone entre signos de pregunta a uno de los libros más importantes a nivel religioso y cultural: la biblia y el nuevo testamento. En un momento de desánimo y frustración, un profesor de historia viaja de vacaciones a La Cumbrecita, un lugar rodeado de naturaleza que oculta grandes secretos. Allí se encontrará con Estanislao Van Hutten, un arqueólogo dado por muerto que generó controversia con sus hallazgos y revelaciones. Con interesantes conversaciones y muchas preguntas a todo lo que damos por hecho, la lectura se vuelve una aventura llena de intrigas y conspiraciones.
Por empezar, el autor logra una prosa impecable que atrapa al lector desde las primeras páginas tanto en la introspectiva del protagonista como en los misterios del entorno que lo rodea. La personalidad dubitativa del personaje principal se traduce en una narración incierta pero genuina, con idas y vueltas, recuerdos desordenados y pocas certezas. De esta forma, cada testimonio se vuelve más sólido y posible mientras perdemos noción de cuál es la verdad, si en algún momento la supimos o la sabremos en su totalidad.
Finalmente, las cuestiones de la fe y la religión, así como la curiosidad, son temas que atraviesan el libro de inicio a fin. Tanto la esencia de Dios o de la naturaleza como la esencia del hombre son puestas sobre la mesa, así como varios hechos bíblicos que son parte de la memoria colectiva. El autor logra demostrar la importancia del significado de las palabras, de las interpretaciones y de cómo un mismo párrafo leído desde distintos ángulos puede generar diferencias irreconciliables.
El misterio es ineludible y la lectura deja eso, la sensación de que sólo nos queda rendirnos y aceptar que mucho quedará oculto, que nuestros conocimientos de la historia antigua siempre serán limitados. Pero también deja una idea muy clara: muchas cosas también se vuelven una cuestión de fe.
La Maga.
ABELARDO CASTILLO
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